Las
acciones desplegadas por el CMC en 2013 se corresponden con los objetivos
específicos y generales que señalan taxativamente sus documentos fundacionales.
El estilo y dinámica de la gestión ha buscado tamizar una heterogénea
compositiva, con la intención de dar espacio a todos según sus aspiraciones y
capacidades, sin perder de vista el interés conjunto. Por afinidades y empatía
se estructuró un sistema de relaciones que en general fue incluyente, aunque no
suficiente para unir en un mismo cuerpo a los 25 consejeros.
En este
proceso se produjo movilidad en las comisiones de cada Secretaría, impidiendo
consolidar equipos de trabajo, y finalmente decrecimiento en el número global
de miembros, recayendo la responsabilidad y tarea sobre el núcleo de la Mesa
Coordinadora.
Por una parte, se puede decir que hubo un alto rendimiento de
estos consejeros que sostuvieron durante todo el año las actividades
planificadas; y por otro lado, la participación de colaboradores ad hoc
compensó las carencias internas del Consejo.
Seguramente
el carácter voluntario y ad honorem del CMC colisiona en algún momento con las
ocupaciones e intereses de los miembros que, en su mayoría artistas, llevan
adelante simultáneamente proyectos particulares. Además, el ritmo permanente y
creciente de propuestas impulsadas por la Coordinación ha superado el umbral de
tolerancia de más de un consejero.
Aún con
lo descripto en los dos párrafos anteriores, el CMC en 2013 cumplió con su
Master Plan, logró mayor visibilidad y fortaleció la vinculación con el medio
cultural y con las áreas respectivas del Estado municipal.
REFLEXIONES
El CMC
fue pergeñado por referentes de la cultura local para cumplir el rol de “consejo
consultivo”, haciendo de nexo entre la comunidad artística y el gobierno
(específicamente la Secretaría de Cultura y el Concejo Deliberante). Su misión
es relevar las necesidades del sector y diseñar políticas públicas que sean
instrumentadas por el poder Legislativo y el Ejecutivo. Es decir, el CMC no es
una ONG ni está integrado por técnicos o profesionales, pero su organización y
atribuciones exigen cierto grado de “especialización” en algunos temas
(administrativos, contables, de gestión, etc.), por lo cual sería de gran
utilidad ofrecer cursos de capacitación para todos los consejeros, tanto en lo
referido a las funciones a ocupar en la orgánica, como a la formación en
valores de convivencia, trabajo en equipo, espíritu de cuerpo, solidaridad y
reciprocidad, vencimiento de resistencias y superación de límites personales y
grupales.
También
la incorporación de una mirada de proceso (discernir de dónde vienen y hacia
dónde van las cosas, y cómo influir o intervenir para provocar cambios
intencionalmente) y de estructura (cómo interactúan los diversos elementos dentro
de un contexto, y éste con el ámbito mayor y el ámbito menor), constituyen un
aporte a tener en cuenta.
Por
cierto que una condición sine qua non
es que se estudie la Ordenanza de creación y sus modificatorias, el Reglamento
Interno, las Pautas de Convivencia, y que todos los consejeros hagan suyo el
Plan Institucional del CMC.
MENSAJE
Luego de
coordinar el CMC en las gestiones 2012 y 2013 quiero agradecer a todos y cada
uno de los amigos con los cuales compartimos esta experiencia. Es gratificante
y alentador. Seguiremos construyendo un plan estratégico de arte y culturas para
Mar del Plata/Batán, y profundizando en nosotros mismos para encontrarnos
siempre.
Jorge Nuñez Arzuaga
Coordinador General CMC 2012/2013
Mar del Plata, 9-12-13